miércoles, 10 de enero de 2018

Caballos salvajes de Namibia están amenazados por sequía


(Foto referencial)

spanish.peopledaily.com.cn

WINDHOEK, 9 ene 18 (Xinhua) -- Grupos preocupados por la supervivencia de los caballos salvajes que vagan por el desierto en el sur de Namibia están pidiendo ayuda ante la amenaza de sequía.


La población de caballos salvajes ha descendido de 168 en 1984 a 86 en 2017, incluidos 51 sementales y 35 yeguas.

Los caballos han vivido en el área más de 100 años, incluso antes de que el Desierto del Parque Namib Naukluft fuera declarado un parque nacional.

El Grupo de Acción Empresarial Aus Lüderitz junto con las Cámaras de Comercio e Industria de Aus y Lüderitz temen que si persiste la actual condición de sequía, morirán más caballos.

En un comunicado emitido hoy, los voceros del Grupo de Acción Empresarial Aus Lüderitz, Bernd Roemer y Piet Swiegers, se comprometieron junto con otras organizaciones hacer frente urgentemente a la situación.

Roemer y Swieger dijeron que los caballos se han debilitado y diezmado por la extendida sequía que ha afectado a la región desde el 2013.

"Ningún potrillo ha sobrevivido desde el 2012, lo que representa una brecha generacional de cinco años; eso causará un cuello de botella genético. No pasará mucho tiempo antes de que la población esté extinta funcionalmente", advirtieron.

Además de la sequía, Roemer y Swieger dijeron que las hienas están atacando a los caballos salvajes, en especial ahora que el número de especies nativas del área también se ha reducido.

"Una solución a corto plazo inmediata, viable y asequible podría ser reubicar al clan de hienas a otras áreas o parques naturales (por ejemplo al este del río Pez) para que los caballos puedan tener cierto tiempo para recuperarse y empezar a reproducirse de nuevo cuando se reanuden las lluvias", sugirieron.


https://jineteycaballo.blogspot.com

lunes, 13 de marzo de 2017

Doma natural de un caballo de trabajo. (Reining y cow horse ) Cap. 3

Paseando del ramal con nuestros potros.

naturalhipic.com

En el capítulo anterior vimos como realizábamos el destete de los potros. Tras el destete, en que conseguimos que los potros formaran un grupo homogéneo, vamos a provechar este momento para empezar a llevarles del ramal.

Como podía verse en las fotos del capítulo anterior los potros ya llevan puesta la cabezada, por lo que vamos a detenernos unos instantes para mostrar de qué manera ponemos nosotros la cabezada al potro por primera vez.

En este caso tendremos que diferenciar cómo lo hicimos con Flash de cómo lo hemos hecho con los otros dos. Con Flash empezamos a trabajar desde el día en que nació y por lo tanto ya estaba muy tocada en el momento de poner la cabezada que se hizo en su primera semana de vida. La diferencia con los otros no es muy grande, simplemente es en el tiempo. Con éstos hemos esperado al destete y antes de poner la cabezada también trabajamos mucho la confianza como se explica en el artículo anterior.

Vamos a mostrar dos situaciones diferentes pues creo que puede ser interesante para los lectores. Con Ruf veremos cómo le pusimos la cabezada utilizando un pequeño corral y un lazo. Estas imágenes están en vídeo publicado en este mismo artículo en la web de Natural Hipic. En cambio con Smart veremos como lo hicimos en el prado y sin el lazo.

Lo que hicimos con Ruf fue meterlo en un pequeño corral de tres por tres, donde claramente no puede moverse mucho. Le empezamos a acariciar, cosa a la que ya está acostumbrado. Le colocamos un lazo alrededor del cuello, que nunca llega a tensarse si el potro decide huir, pues lo parará la pared y no la tensión de la cuerda.

Pondremos el lazo de forma que siempre que el potro no tire, el lazo se destensará. Eso es muy importante.

Si el potro se mueve a nuestro alrededor al sentir el lazo, dejaremos que lo haga mientras poco a poco vamos incrementando la tensión en la cuerda. Pondremos tensión tratando de bloquear su movimiento, pero sin la intención de pararlo mediante la fuerza.

Una vez que controlamos bastante bien su movimiento, empezaremos a pasar el alzo por su morro, como si hiciéramos una cabezada con el propio lazo. Así vamos acostumbrando al potro a las sensaciones de la cuerda en su cara y empezamos a tener control sobre la posición de su cabeza.
Luego cogemos la cabezada y se la atamos alrededor del cuello, así empezará a notar las sensaciones de la cabezada y a sentir el ruido de la propia cabezada, pues en este caso es de las normales con sus hebillas y anilla.

Después despacito la paso la cabezada por el morro y se la ato normalmente. Retiramos el lazo y le dejaremos puesta la cabezada unos días para que se acostumbre a llevarla.

Este es el vídeo del proceso con Ruf



Con Smart es el mismo proceso pero sin la ayuda  ni del corral ni del lazo, pues ya la potra está más acostumbrada a que la toquemos por todo el cuerpo e incluso que lo hagamos con una cuerda en la mano.

En la serie de fotos que sigue podemos verlo paso a paso.

Dejamos que Smart huela la cabezada.

Acariciamos a la potra con la cabezada para que se acostumbre a su tacto.
Le ponemos la cabezada alrededor del cuello.

Le ponemos la cabezada por el morro.

Cuando esté tranquila se la atamos.

La dejamos con la cabezada puesta y nos quedamos a su lado acariciándola.

Una vez que los potros están cómodos con la cabezada es el momento de empezar con el ramal. Es un momento muy bueno, en que vamos a poder llevar a los potros del prado a su corral y viceversa, y cada vez que los movamos será en positivo. Crearemos una motivación clara que hará que los potros estén encantados de pasear con nosotros. El paseo será en adelante la mejor herramienta que tendremos en el proceso de la doma de los potros.

Igual que con la cabezada disponemos de un vídeo de cómo pusimos del ramal a Ruf la primera vez que encontrareis en el artículo de la web. En este caso también tenemos las fotos de ese proceso.
Es muy importante elegir bien el lugar donde lo vamos a hacer. Yo lo hago siempre en un corral cuyas dimensiones me permitan que el ramal llegue a todo el perímetro desde el centro. Si el potro decide escapar, nunca al principio lo paro del ramal, siempre dejo que sea la cerca la que detenga al potro y luego empezaré a trabajar con el ramal. Lo principal en esta fase es que el potro no coja miedo.

Para poner el ramal en la cabezada, hay que esperar que el potro esté quieto y tranquilo.

Primero lo acariciaremos unos segundos y cuando estemos seguros que no se va a mover sujetamos el ramal en la cabezada siempre desde un lateral, pues si lo hacemos desde el frente, es posible que al estar en la zona ciega del potro, éste cuando note algo extraño retroceda.

Si el potro se queda tranquilo a nuestro lado empezaremos a acariciarlo, siempre con cuidado de que el ramal no esté tenso. No se trata de sujetar al potro para poderlo acariciar.

Una vez que hemos comprobado que el potro está bien mientras lo acariciamos lo haremos con el ramal. Empezaremos por el lomo…

Seguiremos acariciando por el resto del cuerpo. Es muy importante que el potro acepte el contacto del ramal por todo su cuerpo.

Pondremos el ramal rodeando su grupa y siempre por encima de los corvejones. Este ejercicio nos ayudará mucho a la hora de pedir los primeros pasos.

Para empezar a pedir al potro que se mueva lo haremos desde un lateral. Siempre es más fácil que haya menos resistencia si al tensar el ramal desequilibramos un poco al potro.

Para equilibrarse moverá una mano hacia nosotros y en ese momento quitamos la presión. 

Repetiremos este ejercicio unas cuantas veces hasta que el potro de más de un paso hacia nosotros. Al principio después de cada paso nos acercaremos a acariciarlo.

Llegará un momento que será el potro el que se acercará a nosotros en busca de sus caricias. 

Si tenemos un potro muy glotón, no pasa nada en este momento, que al acercarnos a acariciarle además le demos unos granos de pienso. De esta forma podremos motivar más al potro para que sea él quien decida acercarse en busca de su premio. Con Ruf no use la comida y lo hago en muy raras ocasiones, pero no me parece un mal recurso las primeras veces.

Para empezar a pedirle que nos siga unos pasos, vuelvo a colocar el ramal rodeando su grupa y pongo un poco de presión. Nunca tiro al principio de la cabezada, siempre que el ramal empuje por detrás.

Sabemos que los caballos huyen de la presión, por lo tanto no me interesa poner presión por delante de él, pues su tendencia natural será retroceder. Cuando lo hacemos lateralmente, es verdad que la primera reacción es tirar en contra de la presión, pero el desequilibrio nos ayuda a que ceda. En este caso no hay desequilibrio, el potro tiraría hacia  atrás e incluso puede ponerse de mano y caer, lo que tiene un gran riesgo de lesiones graves.

Una vez que el potro me acompaña, voy introduciendo un poco de presión sobre la cabezada. Si noto mínima resistencia añado presión sobre la grupa y cuando tenga movimiento adelante cedo las dos presiones.

Cuando ya veo que me sigue sin necesidad de poner presión en la grupa, quito el ramal de ahí, y lo llevo ya sólo desde la cabezada. Pero mantengo mi posición un poco lateral, para que no se sienta bloqueado por mi presencia a la vez que me permite poder poner presión desde detrás si se para.

Si vemos que nos acompaña bien, podemos ir cambiando nuestra posición.

Cuando me ponga por delante, tendré mucho cuidado en empezar a la distancia en que quiero que aprenda a ir normalmente. No estar muy cerca te permite un mayor control de su espacio y además el potro no se siente bloqueado.

A partir de aquí ya podemos empezar a pasear con nuestro potro, siempre intentando que no haya una tensión constante en el ramal.

Con el paso de los días, y llevando a los potros del ramal de su paddock al prado por la mañana donde pasan el día jugando y pastando, y por la noche de vuelta al paddock donde les espera un poco de pienso, al final los potros están encantados de seguirnos y podemos pasear a los tres potros juntos del ramal.

Los tres potros pasean juntos sin problema.

Jinete y Caballo

Doma natural de un caballo de trabajo. (Reining y cow horse ) Cap. 2

TBR Oaks Great Flash con Hicky disfrutando de la tarde en el prado.

naturalhipic.com

En el capítulo anterior anunciábamos que mostraríamos cómo empezábamos a tocar las potras y establecíamos el respeto a nuestro espacio. Hay un cambio de planes, muestra de que esta serie de artículos es algo vivo, en este tiempo ha llegado el momento del destete de las potras.

Vamos a explicar nuestra forma de hacerlo y cómo aprovechamos esta fase tan importante en la vida de los potros para mejorar nuestra relación con ellos.
Una gran noticia es que a las dos potras se ha unido TBR Ruf Whiz, un precioso macho, hermano de padre de TBR Shee is Smart & Whiz.

En un principio teníamos dos grupos, Oaks Great Flash con su madre y con Hicky y los dos hermanos con sus respectivas madres. Lo que hicimos fue separar a los potros de sus madres de forma gradual. Hasta que éstas dejan de dar leche me gusta que no pierdan el contacto visual con los potros, pues así se reduce el estrés. A menos estrés más rápido dejan de producir leche. También es una forma de que los potros se vayan separando de sus madres gradualmente. Primero pierden el alimento pero no el contacto físico ni visual, pues lo tienen a través del cercado. Intentamos siempre que el potro no esté sólo al separarse de su madre. En el caso de los hermanos era muy fácil. Nosotros tenemos una serie de corrales específicos para el destete. En este caso, una madre está en un corral en un extremo, a continuación los dos hermanos  y en el tercer corral la otra madre.

En el caso de Flash, la pusimos en un corral pegado a su madre con Hicky, con quien ya formaba manada.


Pueden verse los corrales donde están la madre y los potros.

En esta situación dejamos a los tres potros durante quince días. Mientras tanto aprovechamos este período para trabajar con ellos. Es un momento muy adecuado para mejorar nuestra relación con los potros. De alguna manera se encuentran muy débiles emocionalmente y aceptarán nuestra presencia de buen grado. Es un buen momento para empezar a acariciarlo si es que no lo hemos hecho antes.

En nuestro caso, Juan Jr ya había trabajado bastante con Flash mientras estaba con su madre. Juan estaba en el hospital cuando nació y al llegar a casa tuvo que pasar varias semanas en silla de ruedas, por lo que no pudo hacer mucho con su potra. Una vez que empezó a moverse con muletas pudo empezar a meterse en su corral y trabajar su relación con ella. En el próximo capítulo veremos cómo fue ese trabajo antes del destete.

En cambio con los dos hermanos apenas se trabajó ya que estaban sueltos con sus madres en el prado.

En estas fotos podemos ver como Juan y Flash tienen una buena relación. La potra está encantada de estar con él. Esta es la base del éxito, conseguir que haya mucha confianza entre ambos.


Juan espera a que Flash se acerque.

Es una buena idea esperar agachado a que el potro se acerque, pues de ese modo estamos siempre dentro de su campo visual. Es muy importante que el potro pueda vernos en todo momento, le ayudará a confiar.

Juan se levanta y le acaricia en la cara. Se necesita mucha confianza del potro para que le guste estar en esa posición, pues Juan está en su zona ciega.
Normalmente siempre empezamos a acariciar al potro por un lado, puede ser en el cuello o en el hombro, ya que de esta forma siempre puede vernos con uno de sus ojos. Cuando ya hay mucha confianza el potro se relaja y disfruta del contacto de nuestras caricias.

En esta posición la potra está disfrutando de la presencia de Juan mientras come. Además estamos empezando a cargar un poco de peso en su dorso, lo que nos va acercando poco a poco al momento de montarla.

A diferencia de Flash, los dos hermanos están mucho más tímidos en el contacto con nosotros. Las primeras veces, simplemente paseamos entre ellos y dejamos que su curiosidad actúe.

Acariciamos al potro mientras se mueve a nuestro lado.
Mientras pasan por nuestro lado dejamos escapar furtivamente alguna caricia. Lo que nunca intentamos es controlarlo o bloquear sus movimientos. El potro debe decidir por sí mismo dejarse acariciar. Una de las zonas donde más les gusta que les acaricies y es más sencillo llegar, es justo encima de la cola. El potro siempre tiene salida hacia adelante si tiene algún problema, por lo que se encuentra muy seguro, y es una zona donde normalmente les pica y les resulta difícil rascarse.

Agachados esperamos que los potros se interesen por nosotros
Nos agachamos y esperamos que se acerquen. Les dejaremos que nos investiguen. Que nos huelan y que jueguen con sus bocas. Es la forma que ellos tienen de conocer a los demás.

Conforme va aumentando la confianza vamos tratando de tocar otras partes de su cuerpo como el lomo, las patas, etc.

En esta posición empezamos a trabajar sobre su lomo.

Tras unos cuantos días organizados de esta forma, decidimos poner a los tres potros juntos. Ya separados completamente de sus madres y de Hicky, la primera noche dejo a Flash en el corral continuo al de los dos hermanos, para que se vayan conociendo sin riesgo de que se hagan daño.

De esta forma pueden tener contacto de manera segura. La curiosidad ante los nuevos amigos les ayuda acercarse y la falta de la madre les hace buscar consuelo el uno en la otra.

Al día siguiente los dejamos juntos en el prado. Siempre es mejor que haya un espacio grande donde puedan correr y no se encuentren encajonados, lo que podría provocar cierta violencia entre ellos.

Se puede encontrar un vídeo de estos primeros momentos en el prado en el siguiente enlace:




Fue muy interesante ver como Flash que todavía tiene mucha querencia con Hicky, corría a la parte del prado más cercana a ella. Luego trotaba hacia sus nuevos amigos, pero sin llegar a integrarse entre ellos, quedándose un poco apartada. Al cabo de unos segundos volvía a correr hacia Hicky, luego otra vez se acercaba a los potros y así durante una hora.

Flash va en busca de sus nuevos amigos.

Poco a poco, cada vez pasaba más tiempo con los otros potros hasta que se integró completamente en el grupo. Al final los tres se pusieron a pastar totalmente relajados. Pero no terminaban de formar un grupo. Flash estaba la mayor parte del tiempo un poco alejada de los otros dos.

Comiendo los tres tranquilos, pero Flash se mantiene un poco separada de los otros dos.

Quería ayudarles a que se integraran del todo en una sola manada. Es muy útil que los tres formen una piña, así cuando separas a uno para trabajar los otros dos se hacen compañía y se quedan tranquilos y no le llaman todo el rato.

Pensando en eso se me ocurrió que tenía que hacer algo que los uniera definitivamente, que reforzara sus lazos de amistad. No hay nada mejor que poner un elemento extraño en la ecuación para que los tres se unan enfrente de lo extraño. Y así lo hice. Decidí meter en el prado con ellos un caballo adulto y desconocido para los tres. Por suerte tenemos a Woody, que ya me ha ayudado con potros otras veces. Es muy tranquilo y sabe imponer respeto con cuidado.

En cuanto entró Woody los tres se juntaron y fueron  a investigar.
Tras olerse un poco y alguna amenaza de Woody cuando entraban demasiado en su espacio, los tres decidieron que era mejor unir fuerzas y no quedarse demasiado cerca de Woody, decidiendo irse los tres juntos,  y así por primera vez empezaron a comportarse como una manda, coordinando sus movimientos.

Los tres amigos se van, es mejor no molestar.
Tras varios acercamientos más, al final deciden que lo mejor es quedarse los tres juntos, apoyarse mutuamente y disfrutar de una espléndida tarde en el prado. La estrategia ha dado resultado los tres potros ya forman la manda que queríamos.

Los tres potros ya son una manada.

Como puede verse en las fotos los potros ya llevan cabezadas. Dedicaremos el próximo capítulo sobre como ponemos la cabezada por primera vez y empezamos a ramalear. También podremos verlo en vídeo.

Jinete y Caballo

Doma natural de un caballo de trabajo. (Reining y cow horse ) Cap. 1

TBR Oaks Great Flash, es una de nuestras protagonistas.

naturalhipic.com

En los últimos años hemos ido tratando distintos aspectos de la doma de los potros. En las primeras series vimos como iniciar un potro en sus relaciones con las personas desde el día de su nacimiento con el “imprinting”. Seguimos trabajando a ese potro en su manejo hasta el momento de la monta. Vimos como iniciarlo a la monta y sus primeros pasos por el campo. Posteriormente empezamos otra serie más específica del entrenamiento del caballo western, introduciendo ejercicios de trabajo de rancho y algunas maniobras básicas que utilizaríamos en el trabajo con el ganado. La última serie de artículos la dedicamos al entrenamiento para el trabajo con el ganado, sobre todo destinado al Team Penning, Ranch Sorting, etc. Disciplinas todas ellas de trabajo de rancho, si bien trabajando desde una base sólida que es el fundamento del Cow Horse.

Empezamos hoy una nueva etapa, podría pensarse que es similar a las anteriores y de algún modo es así. La novedad es que vamos a intentar explicar todo el proceso, desde los primeros contactos con el potro hasta su introducción en la competición, pero una de las novedades es que vamos a realizar todo el trabajo con los mismos protagonistas. Cada dos meses mostraremos el trabajo que hemos ido haciendo con las potras. Será un proyecto en paralelo entre NH y los lectores. Los artículos mostrarán el trabajo real durante todo el tiempo que dure el proceso de su entrenamiento. Estos artículos, en algunos casos se acompañarán de vídeos que harán más interesante el proyecto.
Para este proyecto contaré con la ayuda de mi hijo Juan, trabajaremos con dos potras American Quarter Horse, TBR Oaks Great Flash, que en este momento tiene cuatro meses. Es hija de Ml Great Spirit y de Flash Berry Lady y es la de mi hijo y la otra es TBR Shee’s Smart & Whiz, que tiene ahora tres meses. Es hija de Whiz Ruf Peppy  y de Smart Snappy Lena. Esta es para mí.

TBR Shee’s Smart & Whiz.

El trabajo lo realizaremos conjuntamente e indistintamente trabajaremos cada uno, una u otra potra según el caso.

Si hablamos e caballos de trabajo o de deporte, antes de entrar sobre su entrenamiento, es preciso señalar  la importancia de elegir un potro que tanto por sus orígenes como por su conformación física nos dé la impresión que puede servir para las tareas que tenemos pensado encomendarle. En este caso ambas potras tienen unos fantásticos orígenes tanto de Reining como de Cutting.
Otro de los aspectos esenciales para tener éxito en esta aventura que ahora iniciamos es permitir a nuestro potro vivir y desarrollarse en las condiciones adecuadas, en cada momento según su edad.

Flash con su madre Berry y con Hicky.

En este caso en concreto, empezaremos el trabajo más sistemático tras el destete. Hasta ese momento en que juntaremos a nuestras potras, han estado viviendo separadas pero en dos grupos distintos.

Para mí hay dos aspectos muy importantes paras la salud mental y física del potro. El primero que tenga la posibilidad de estar en grandes espacios y pastando, por lo menos algunas horas cada día. Eso le permitirá un desarrollo físico mucho mejor. Los potros necesitan correr y correr sin limitaciones, que puedan estirar bien sus músculos, tendones y ligamentos. Además poder pastar les mantendrá activos a la par que la madre dispondrá de una mejor calidad de la leche. El segundo aspecto al que me refería, es la necesidad de estar en un grupo, por lo menos con algún otro caballo además de su madre.


Flash jugando con Hicky


Si el potro se cría sólo con su madre no aprenderá muchos de los aspectos necesarios para una buena relación social en el futuro, ya sea con otros caballos o con las personas. La madre no suele poner ningún límite a su espacio, por lo que los potros que se crían solos con su madre suelen ser irrespetuosos e invasivos. Tienen que aprender el respeto al espacio y también con el juego aprenderán a coordinarse con otros.

En nuestro caso, TBR Oaks Great Flash (en adelante Flash) vive además de su madre con Hicky, una yegua de 18 años. TBR Shee’s Smart &Whiz (en adelante Smart) vive con otro potro de tres meses y la madre de este.


Smart con su madre y uno de sus compañeros de manada.


Hasta el momento del destete en que pondremos a las dos potras juntas, voy a explicaros lo que hemos hecho hasta ahora. Simplemente hemos intentado que las potras nos vean de una forma sencilla como unos miembros más del grupo. Desde su nacimiento hemos pasado algunos minutos cada día acariciando y cepillando a sus madres. Al principio por simple curiosidad las potras se acercan a vernos y a olernos. Sólo hay que permitir que lo hagan y poco a poco, día tras día las potras cogen confianza y aprecian nuestra compañía.

En el caso de Flash, empezamos el trabajo día de su nacimiento, lo que se conoce por algunos como Imprinting. No lo hicimos en cambio con Smart. En este vídeo se puede ver la primera sesión de trabajo con Flash. Tras una semana donde repetimos el trabajo de acariciarla, ya la soltamos al prado con su madre. Es verdad que con ella seguimos trabajando durante este periodo cosa que no hicimos con Smart por estar más alejada de casa. Con ella empezaremos en el momento del destete.



Tanto en el corral como en los prados, permitiremos que se acerquen y les ofreceremos nuestras caricias. En ningún momento trataremos de sujetarlas pues sólo conseguiremos que traten de huir de la presión, si huyen no es bueno, ya que no queremos que nos teman, y si las sujetamos para que no lo hagan tampoco lo es mucho, pues podemos perder algo de la confianza que teníamos ganada. En esta primera fase hay que ser muy paciente y dejar que el tiempo madura la relación. Si no tenemos prisa veremos como en pocas semanas nuestros potros nos buscan, disfrutan de nuestras caricias y no resulta ningún problema ponerles la cabezada.

Es más fácil que se acerquen a nosotros si nos agachamos y nos ponemos a su altura. De otro modo cuando se acercan mucho parte de nuestro cuerpo sale de su campo visual.

Cuando empezamos con las potras se dio la circunstancia que Juan estaba convaleciente de una grave lesión en su pelvis, por lo que durante unos meses tuvo que hacer el trabajo apoyándose en sus muletas y sin mucha movilidad. Esta circunstancia la señalo por que ha sido muy interesante ver cómo se puede trabajar con un potro a pesar de tener grandes limitaciones de movilidad.

En el próximo capítulo veremos como hacemos el destete de las potras, y como aprovechamos ese momento para reforzar nuestros lazos de confianza con ellas.

Jinete y Caballo. "Dedicado al Pájaro en su caballo Yamaha"

La nueva historia de la evolución de los caballos

Tres especies del género ‘Hipparion’, que convivieron en la Península Ibérica hace entre 9 y 5 millones de años, un buen ejemplo de la variabilidad de tamaño en el linaje de los caballos - Mauricio Antón

Científicos españoles apuntan las causas de la rápida acumulación de especies durante los últimos 20 millones de años.

abc.es

JUDITH DE JORGE GAMA - judithdj Madrid

Los caballos aparecieron en América del Norte hace unos 55 millones de años para evolucionar a lo largo del tiempo en cientos de especies distintas que varían en tamaño desde las pequeñas como un zorro a otras más grandes que los ejemplares modernos. Esta diversidad tan asombrosa ha convertido al caballo en un paradigma de la evolución, uno de los primeros ejemplos conocidos de cómo los animales podían adaptarse a su entorno, pero su historia quizás no ha sido bien entendida. Eso es lo que cree un equipo de paleobiólogos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha pasado los seis últimos años revisando los fósiles de 138 especies de caballos, la gran mayoría extintas, y ha sintetizado siglo y medio de estudios sobre los mismos. Los investigadores explican este jueves en la revista «Science» una historia alternativa, más compleja de la que se ha contado hasta ahora.

Hace unos 18 millones de años, durante el Mioceno inferior, el número de especies de caballos se multiplicó. La teoría clásica apuntaba a que la diversificación estaría relacionada con una serie de rápidas adaptaciones en respuesta a la expansión de un nuevo entorno: las praderas, un escenario que en evolución se conoce como «radiación adaptativa».

«Según la teoría clásica, los caballos que poblaban Norteamérica en ese momento habrían cambiado más rápido al desarrollar una dentadura más resistente a la abrasión, típica de una dieta rica en pasto. Además, se habrían hecho cada vez más grandes como requisito para aumentar la efectividad de la digestión de esta comida menos nutritiva y como estrategia contra los depredadores en los nuevos espacios abiertos», explica Juan López Cantalapiedra, investigador del CSIC y el Museum für Naturkunde de Berlín.

Evolución lenta

Pero los investigadores no creen que el tamaño y la dentición evolucionaran tan rápido. A su juicio, esos cambios morfológicos fueron lentos, porque los datos recopilados indican que las especies se multiplicaron, sí, pero en realidad fueron muy similares en ecología y forma. «Aunque las especies no eran muy diferentes entre sí, podían vivir juntas porque era un época abundante y no tenían que competir», explica López Cantalapiedra a ABC. «Es como si en época de bonanza hubiera diez empresas dedicadas a lo mismo, pero con mercado para todas».

Por tanto, factores del entorno, más que la evolución de esos rasgos morfológicos, influyeron en la rápida acumulación de especies. «Los cambios ambientales habrían provocado la fragmentación de los ecosistemas a escala global, lo que dio lugar a poblaciones aisladas de caballos, diferentes genéticamente, pero con morfologías similares», apunta Manuel Hernández Fernández, investigador de la Universidad Complutense de Madrid en el Instituto de Geociencias.

Los cambios climáticos también facilitaron las dos grandes dispersiones de los caballos desde América a Eurasia. Estas dispersiones tuvieron lugar, respectivamente, hace unos 11 y 4 millones de años a través del estrecho de Bering. En ambas ocasiones los caballos entraron posteriormente a África desde Eurasia.

«En esos momentos volvieron a diferenciarse multitud de nuevas especies de caballos repentinamente, pero no hubo cambios especialmente rápidos en sus rasgos morfológicos», María Teresa Alberdi, del Museo Nacional de Ciencias Naturales

Jinete y Caballo

Analizan 140 especies de caballos para poder entender su evolución

Tres especies distintas de caballos. / Mauricio Antón

mundiario.com
Por: Valeria M. Rivera Rosas

Un grupo de científicos españoles y argentinos se dieron la tarea de despejar las dudas sobre la evolución del género Equinae.

Actualmente solo quedan 7 especies de este género, que se dividen en el caballo de Przewalski, la cebra Grévy, el kiang, la cebra de montaña, la cebra de llanura, el asno salvaje africano y el asno salvaje asiático. Sin embargo, hace 18 mil millones de años existieron hasta 140 distintas especies y los científicos han hallado la razón de esta diversificación.

El estudio, publicado en ‘Science’, explica que el origen de los caballos se encuentra en Norte América, en donde desciende de un mamífero que existió hace más de 50 millones de años, y que pertenecía al género Eohippus. Así mismo, señalan que para poder encontrar el origen de tantas variaciones, tuvieron que estudiar a las 140 familias, a través de sus distintos fósiles y determinaron que, al menos, existieron tres momentos en los que la especie se transformó; ubican el primer tiempo de cambio hace unos 18 millones de años, el siguiente fue hace 11 millones de años y el último hace unos 4 millones de años.

Teoría clásica vs la Nueva teoría

La ciencia no es estática, siempre cambia, se mueve o mejora. Así, está sucediendo con esta nueva afirmación, puesto que la teoría clásica dictaba que la rápida expansión del género se debió a una rápida adaptación de su nuevo entorno, las praderas.

Es conocido que el cuerpo se adapta a la situación, esta regla ocurre en todas las especies; según la antigua teoría los caballos se fueron adaptando al entorno y por lo tanto a unas nuevas dietas. Los cambios pasaron por su dentadura, para poder pastar, por su tamaño para poder digerir mejor el alimento y para poder defenderse de otros animales.

Esta teoría se creía cierta puesto que la rapidez con sucedieron los cambios hacían que, por extensión, los animales también cambiaran tanto, en tan corto tiempo. La nueva teoría, no niega del todo estas afirmaciones, sin embargo, colocan sobre la mesa otro factor a tomar en cuenta, el ambiente.

Caballos. / Pixabay

Los autores del estudio, Juan López Cantalapiedra del Museo de Historia Natural de Berlín, y José Luis Prado de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, explican que según los análisis que realizaron a los distintos fósiles pueden concluir que los cambios realmente fueron lentos y no tan acelerados como creían. Esto se debe a que mientras más rápido iba el aumento de la especie, más lento ocurrían los cambios morfológicos.

Además los factores ambientales influyeron en poder mantener a todas las especies, puesto que los cambios ambientales habrían provocado una fragmentación del ecosistema que existía en ese momento, y esto habría aislado a las distintas especies, causando una diferencia en su genética, pero no en a su morfología.

En este punto entraría en acción el esparcimiento de la especie por el mundo, con la separación de los antiguos continentes, los caballos llegarían a lo que hoy conocemos con Europa y Asia. Finalmente, los científicos señalaron como una posibilidad el hecho de que, en su esparcimiento no se terminaron adaptando, por lo que no sobrevivieron a la competencia con otras especies, y ha terminado en la extinción de casi todo el género.

Jinete y Caballo

Científicos estudiaron la evolución del caballo como consecuencia del cambio climático



infocampo.com.ar

Analizaron los cambios morfológicos en esta especie en los últimos 18 millones de años.

En un reciente artículo publicado en la revista científica Science, se demostró que las variaciones en el tamaño y la dieta de los caballos en los últimos 18 millones de años, fueron consecuencia de cambios en el clima y la geografía. La fragmentación de poblaciones se asoció a una mayor heterogeneidad del hábitat o para favorecer la colonización de áreas geográficas que no eran accesibles hasta ese momento.

La investigación fue realizada por un equipo de científicos conformado por argentinos y españoles, entre ellos José Luis Prado, vicedirector de la Unidad Ejecutora del CONICET ‘Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano’ (INCUAPA, CONICET-UNICEN). Analizaron el tamaño y la morfología de los dientes de caballos de los periodos Neógeno (23,3 millones de años hasta 2,5 millones de años) y Cuaternario (2,5 millones de años hasta el presente) de la Era Cenozoica, entre ellos 7 especies que viven en la actualidad y 131 extintas.

“En la mayoría de los casos estos estudios se basan exclusivamente en ecosistemas actuales y se desconoce en gran medida cómo operan estos procesos en largo plazo”, explica el científico. “Esto es vital para comprender cómo responden las diferentes formas de vida a los cambios ambientales”, cuenta el investigador, y agrega que “puede ayudar a predecir las consecuencias sobre la biodiversidad del actual calentamiento global”.
Principalmente en este trabajo sus autores se preguntaron: “¿Realmente el tamaño y la dentición evolucionaron rápido durante los eventos de radiación – o de evolución divergente-?”.

Ya en estudios previos se había documentado que la superficie de los dientes de algunos caballos fósiles, estrechamente relacionados con los caballos modernos, se hizo más compleja  ante la aparición de grandes planicies con pastizales. Se adecuó la dentición para masticar plantas más duras, particularmente hierbas, que al contener partículas de sílice provocan mayor desgaste.

“Fue justo en ese momento cuando las especies de estos caballos se multiplicaron rápidamente y las nuevas especies se hicieron cada vez más grandes. Esto llevó a que los científicos que sucedieron a Darwin dedujeran que los cambios en el tamaño corporal y los dientes de los caballos tuvieron un papel en esa gran diversificación. La historia era lineal y sencilla: más praderas, caballos más grandes y con dientes preparados para dietas más abrasivas”, cuenta.

Este proceso de rápida especiación se la conoce como ‘radiación adaptativa’: cuando un conjunto de especies se diversifica rápidamente, el cambio morfológico también debe ser rápido, y las nuevas especies no compiten entre sí y pueden crecer en número rápidamente. Se opone a la ‘radiación no adaptativa en la que se observan cambios morfológicos sustanciales más lentos y en la que todas las especies resultantes de la radiación se parecen entre sí.

Pero, ¿cómo se puede explicar este proceso en que muchas especies similares coexisten sin competir? Algo así podría ocurrir en ecosistemas muy productivos, donde, aunque las especies ocupen un nicho similar, hay suficiente energía en el ecosistema para mantenerlas a todas. Otra explicación alternativa sugiere que esto podría darse como resultado de la fragmentación rápida de los ecosistemas como consecuencia de cambios climáticos, lo cual generaría poblaciones aisladas que se diferenciarían genéticamente pero mantendrían morfologías similares.

Los resultados a los que arribaron los investigadores descartan un escenario adaptativo y deja al entorno como el responsable de la diversificación rápida. “En el libro El origen de las especies, Charles Darwin presentó una gran cantidad de evidencias de que la diversidad de la vida surgió de la descendencia común a través de un patrón ramificado de evolución. Uno de los ejemplos clásicos del cambio darwiniano proviene del registro fósil de los caballos”, explica Prado. “Tal como se exhibe en la mayoría de los museos del mundo, los caballos simplemente se hicieron más grandes con el tiempo y pasaron de ser unos pequeños mamíferos que se alimentaban de arbustos en los bosques, a los esbeltos caballos actuales que pastan en las llanuras abiertas”, agrega.

Jinete y Caballo