Paseando del ramal con nuestros potros.
naturalhipic.com
En el capítulo anterior vimos como realizábamos el destete de los potros. Tras el destete, en que conseguimos que los potros formaran un grupo homogéneo, vamos a provechar este momento para empezar a llevarles del ramal.
Como podía verse en las fotos del capítulo anterior los potros ya llevan puesta la cabezada, por lo que vamos a detenernos unos instantes para mostrar de qué manera ponemos nosotros la cabezada al potro por primera vez.
En este caso tendremos que diferenciar cómo lo hicimos con Flash de cómo lo hemos hecho con los otros dos. Con Flash empezamos a trabajar desde el día en que nació y por lo tanto ya estaba muy tocada en el momento de poner la cabezada que se hizo en su primera semana de vida. La diferencia con los otros no es muy grande, simplemente es en el tiempo. Con éstos hemos esperado al destete y antes de poner la cabezada también trabajamos mucho la confianza como se explica en el artículo anterior.
Vamos a mostrar dos situaciones diferentes pues creo que puede ser interesante para los lectores. Con Ruf veremos cómo le pusimos la cabezada utilizando un pequeño corral y un lazo. Estas imágenes están en vídeo publicado en este mismo artículo en la web de Natural Hipic. En cambio con Smart veremos como lo hicimos en el prado y sin el lazo.
Lo que hicimos con Ruf fue meterlo en un pequeño corral de tres por tres, donde claramente no puede moverse mucho. Le empezamos a acariciar, cosa a la que ya está acostumbrado. Le colocamos un lazo alrededor del cuello, que nunca llega a tensarse si el potro decide huir, pues lo parará la pared y no la tensión de la cuerda.
Pondremos el lazo de forma que siempre que el potro no tire, el lazo se destensará. Eso es muy importante.
Si el potro se mueve a nuestro alrededor al sentir el lazo, dejaremos que lo haga mientras poco a poco vamos incrementando la tensión en la cuerda. Pondremos tensión tratando de bloquear su movimiento, pero sin la intención de pararlo mediante la fuerza.
Una vez que controlamos bastante bien su movimiento, empezaremos a pasar el alzo por su morro, como si hiciéramos una cabezada con el propio lazo. Así vamos acostumbrando al potro a las sensaciones de la cuerda en su cara y empezamos a tener control sobre la posición de su cabeza.
Luego cogemos la cabezada y se la atamos alrededor del cuello, así empezará a notar las sensaciones de la cabezada y a sentir el ruido de la propia cabezada, pues en este caso es de las normales con sus hebillas y anilla.
Después despacito la paso la cabezada por el morro y se la ato normalmente. Retiramos el lazo y le dejaremos puesta la cabezada unos días para que se acostumbre a llevarla.
Este es el vídeo del proceso con Ruf
Con Smart es el mismo proceso pero sin la ayuda ni del corral ni del lazo, pues ya la potra está más acostumbrada a que la toquemos por todo el cuerpo e incluso que lo hagamos con una cuerda en la mano.
En la serie de fotos que sigue podemos verlo paso a paso.
Dejamos que Smart huela la cabezada.
Acariciamos a la potra con la cabezada para que se acostumbre a su tacto.
Le ponemos la cabezada alrededor del cuello.
Le ponemos la cabezada por el morro.
Cuando esté tranquila se la atamos.
La dejamos con la cabezada puesta y nos quedamos a su lado acariciándola.
Una vez que los potros están cómodos con la cabezada es el momento de empezar con el ramal. Es un momento muy bueno, en que vamos a poder llevar a los potros del prado a su corral y viceversa, y cada vez que los movamos será en positivo. Crearemos una motivación clara que hará que los potros estén encantados de pasear con nosotros. El paseo será en adelante la mejor herramienta que tendremos en el proceso de la doma de los potros.
Igual que con la cabezada disponemos de un vídeo de cómo pusimos del ramal a Ruf la primera vez que encontrareis en el artículo de la web. En este caso también tenemos las fotos de ese proceso.
Es muy importante elegir bien el lugar donde lo vamos a hacer. Yo lo hago siempre en un corral cuyas dimensiones me permitan que el ramal llegue a todo el perímetro desde el centro. Si el potro decide escapar, nunca al principio lo paro del ramal, siempre dejo que sea la cerca la que detenga al potro y luego empezaré a trabajar con el ramal. Lo principal en esta fase es que el potro no coja miedo.
Para poner el ramal en la cabezada, hay que esperar que el potro esté quieto y tranquilo.
Primero lo acariciaremos unos segundos y cuando estemos seguros que no se va a mover sujetamos el ramal en la cabezada siempre desde un lateral, pues si lo hacemos desde el frente, es posible que al estar en la zona ciega del potro, éste cuando note algo extraño retroceda.
Si el potro se queda tranquilo a nuestro lado empezaremos a acariciarlo, siempre con cuidado de que el ramal no esté tenso. No se trata de sujetar al potro para poderlo acariciar.
Una vez que hemos comprobado que el potro está bien mientras lo acariciamos lo haremos con el ramal. Empezaremos por el lomo…
Seguiremos acariciando por el resto del cuerpo. Es muy importante que el potro acepte el contacto del ramal por todo su cuerpo.
Pondremos el ramal rodeando su grupa y siempre por encima de los corvejones. Este ejercicio nos ayudará mucho a la hora de pedir los primeros pasos.
Para empezar a pedir al potro que se mueva lo haremos desde un lateral. Siempre es más fácil que haya menos resistencia si al tensar el ramal desequilibramos un poco al potro.
Para equilibrarse moverá una mano hacia nosotros y en ese momento quitamos la presión.
Repetiremos este ejercicio unas cuantas veces hasta que el potro de más de un paso hacia nosotros. Al principio después de cada paso nos acercaremos a acariciarlo.
Llegará un momento que será el potro el que se acercará a nosotros en busca de sus caricias.
Si tenemos un potro muy glotón, no pasa nada en este momento, que al acercarnos a acariciarle además le demos unos granos de pienso. De esta forma podremos motivar más al potro para que sea él quien decida acercarse en busca de su premio. Con Ruf no use la comida y lo hago en muy raras ocasiones, pero no me parece un mal recurso las primeras veces.
Para empezar a pedirle que nos siga unos pasos, vuelvo a colocar el ramal rodeando su grupa y pongo un poco de presión. Nunca tiro al principio de la cabezada, siempre que el ramal empuje por detrás.
Sabemos que los caballos huyen de la presión, por lo tanto no me interesa poner presión por delante de él, pues su tendencia natural será retroceder. Cuando lo hacemos lateralmente, es verdad que la primera reacción es tirar en contra de la presión, pero el desequilibrio nos ayuda a que ceda. En este caso no hay desequilibrio, el potro tiraría hacia atrás e incluso puede ponerse de mano y caer, lo que tiene un gran riesgo de lesiones graves.
Una vez que el potro me acompaña, voy introduciendo un poco de presión sobre la cabezada. Si noto mínima resistencia añado presión sobre la grupa y cuando tenga movimiento adelante cedo las dos presiones.
Cuando ya veo que me sigue sin necesidad de poner presión en la grupa, quito el ramal de ahí, y lo llevo ya sólo desde la cabezada. Pero mantengo mi posición un poco lateral, para que no se sienta bloqueado por mi presencia a la vez que me permite poder poner presión desde detrás si se para.
Si vemos que nos acompaña bien, podemos ir cambiando nuestra posición.
Cuando me ponga por delante, tendré mucho cuidado en empezar a la distancia en que quiero que aprenda a ir normalmente. No estar muy cerca te permite un mayor control de su espacio y además el potro no se siente bloqueado.
A partir de aquí ya podemos empezar a pasear con nuestro potro, siempre intentando que no haya una tensión constante en el ramal.
Con el paso de los días, y llevando a los potros del ramal de su paddock al prado por la mañana donde pasan el día jugando y pastando, y por la noche de vuelta al paddock donde les espera un poco de pienso, al final los potros están encantados de seguirnos y podemos pasear a los tres potros juntos del ramal.
Los tres potros pasean juntos sin problema.
Jinete y Caballo
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