Historia de un quijote

Jesús Jiménez, a lomos de uno de los caballos con los que trabaja en la empresa Equitrainer, en Holanda. / El Adelantado

Fuente: eladelantado.com
Por: F. Descalzo - Segovia

El jinete que emprendió un viaje a caballo desde Segovia hacia Europa ha conseguido trabajo en una empresa de Holanda.

El pasado mes de octubre se subió a lomos de su potro ‘Campeón’, con el fin de llegar a algún lugar de Europa donde encontrar un trabajo. Jesús Jiménez Mirón es uno de los jóvenes españoles desempleados que decidió seguir el mismo camino de muchos parados en España: emigrar.

Pero a falta de dinero para tomar un avión o un tren, salió de su pueblo, al sur de Ávila y comenzó su ruta, casi mendigando, pueblo por pueblo. En Segovia encontró los primeros apoyo en ayuntamientos que le facilitaron contactos para acogerle en locales municipales, y cuadras para que descansara su caballo.

Con una manta para protegerse del frío, un saco de dormir, y un par de alforjas llenas de chorizos y jamón, comenzó a cruzar la provincia. A sus 32 años nunca había salido de España. Pero estaba dispuesto a hacerlo. "Llevaba más de un año desempleado, y vivía como mis padres y mi hermana, y no podíamos tirar todos del sueldo de mi padre, que es jardinero. Un día les dije: me voy a buscar trabajo como sea”.

Desde el pasado 6 de diciembre trabaja en la empresa holandesa Molenkoning. la mayor fabricante de caminadores de caballos de Europa y que exporta a todo el mundo desde su sede de Reek, Holanda. Su nombre comercial es Equitrainer (www.equitrainer.com). Ademas fabrican e instalan otros productos para los equinos como establos, vallados, solariums, etc. Jos de Swart es el propietario de esta empresa, nacida hace 20 años como un pequeño negocio familiar. Junto a Jesús trabaja Ana Masoliver, una madrileña que también pertenece a esta empresa y además es la intérprete de Jesús, quien acude a una academia particular para aprender el holandés.

Jesús Jiménez es ahora feliz, asegura. Está agradecido a la empresa que lo ha acogido y a quienes desde un principio le mostraron su solidaridad, como al alcalde de Valverde, Rafael Casado, que le ayudó a que otros alcaldes segovianos le facilitaran algo de comida y lugar donde dormir.

“Ahora soy feliz, tengo trabajo en algo que me gusta”, confiesa, a la vez que sostiene que su empresa se ha convertido casi en su hogar: “Son mis jefes, pero como si fuera mi familia”.

Los dueños de la empresa holandesa donde trabaja ahora Jesús son amantes de la equitación. Pero también del resto de animales. Por eso cuentan con una importante colección de especies que van desde caballos de pura sangre hasta camellos, cebras y monos, entre otras muchas especies.

Jesús sólo echa de menos un animal, al que espera traer pronto con él: su potro Campeón, que por el momento pasta libre en una dehesa propiedad del herrador que también ayudó a Jesús a emprender su viaje inicial. “Está ahora disfrutando, que lo tiene merecido”, dice Jesús. “En cuanto reúna un poco de dinero, lo traeré a Holanda para tenerlo cerca y disfrutar de la nueva vida”, añade el Quijote de Ávila, como le han empezado a conocer.

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