miércoles, 6 de mayo de 2015

El caballo, gran compañero

Jinetes. La persona abandona la categoría de paciente cuando está acompañada del animal.

Equinoterapia. Especialistas lo destacan como recurso para la estimulación o rehabilitación.

Fuente: lavoz.com.ar

Otro animal con grandes aptitudes para la zooterapia es el caballo. Especialistas mencionan tres ramas de trabajo de esta disciplina: la hipoteria (se aplica a niños con trastorno neuromotor de origen neurológico, traumático o degenerativo), la monta terapéutica (para necesidades de estimulación pedagógica y tipológica) y la equitación como deporte.

Ricardo Yarke, responsable del área de Equinoterapia de la Agencia Córdoba Deportes, cuenta que en el Estadio Mario Kempes se tratan niños, adolescentes y adultos con diversas patologías, como autismo, parálisis cerebral, ceguera, esquizofrenia, Síndrome de Down y adicciones, entre otras.

“Para nosotros, las personas que vienen no son pacientes, sino jinetes. Y la rutina con el caballo depende mucho de cómo se encuentra la persona y qué tiene ganas de hacer con el animal en cada encuentro. A veces lo alimentan, otras veces montan o simplemente lo cepillan. A través de cada una de estas actividades, se crea un vínculo entre el humano y el equino que se disfruta porque contiene mucho amor”, asegura Yarke.

En el caso de la neurorrehabilitación, Carlos Alberto González, especialista en Neurología y director Médico de la clínica Rita Bianchi (Tanti), destaca a la equinoterapia como “otro recurso en ese propósito de reorganización a través de información”. Un recurso, dice, con propiedades muy interesantes.

“El andar del caballo transmite a la pelvis de la persona un movimiento tridimensional, recíproco, que tiene mucho del propio de la marcha humana y la obliga además a un ajuste permanente del equilibrio postural siguiendo su centro de gravedad”, describe. Afirma que es una ordenada conjunción de datos visuales, del laberinto u órgano del equilibrio y de cambios continuos de posición del cuerpo y sus segmentos. “Con toda esta información, el sistema nervioso puede aprender un mejor control motor”, apunta. “Y lo puede transferir luego a otras situaciones funcionales, como permanecer sentado o parado”, añade.

Y –destaca– es agradable. “Y se realiza al aire libre, en contacto con la naturaleza, es de especial significado para personas que por sus problemas tienen limitaciones para este tipo de actividades”, concluye.

Jinete y Caballo

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